La prisión del yo en el corazón

Hay una realidad esencial y absoluta, el Todo, que abarca todo con serenidad y que está dormido dentro de nosotros.

La prisión del yo en el corazón

Somos un torbellino de emociones y deseos, que a menudo nos asaltan sin decirnos de dónde vienen. Nuestros sentimientos tienen los más diversos orígenes, características y matices. Son transitorios y se alternan en diferentes momentos, incluso en el mismo día o en diferentes etapas de la vida. Pasamos de la alegría arrebatadora a la tristeza profunda. Amamos a gente que luego detestamos. Esto se debe a que la oposición y la contradicción se manifiestan en nuestro interior, fruto de un estado de conciencia orientado hacia uno mismo.

Sin embargo, si miramos a la naturaleza, vemos que no hay oposición, sino que todo se presenta como complementariedad y armonía. La noche y el día no son opuestos, sino que son necesarios para el sano desarrollo de plantas y animales. Lo mismo puede decirse del invierno y el verano, del flujo y el reflujo, y de otros fenómenos naturales que se manifiestan en interdependencia, equilibrio y concordancia.

Juzgamos todo según el estado de ánimo de nuestro corazón. Observamos el mundo que nos rodea, las situaciones que experimentamos y las personas que conocemos, y nuestras mentes comparan y contrastan con nuestros recuerdos anteriores, clasificándolos según conceptos predefinidos. Lo que nos favorece, o está de acuerdo con nuestros valores, lo llamamos “bueno”; lo contrario lo llamamos «malo».

De esta manera catalogamos todo lo que nos rodea, creando cajones y cajas con etiquetas donde almacenamos nuestras visiones de la realidad que paulatinamente se fragmentan. Vivimos en esta realidad fraccionada, basada en los deseos que emanan de nuestro corazón turbulento, que termina convirtiéndose en una prisión para nosotros mismos.

Sin embargo, existe una realidad esencial y absoluta, el Todo, que abarca todo con serenidad y que está dormido dentro de nosotros. Esta Chispa de Luz es la manifestación de la divinidad que toca nuestros corazones. Nos habla en silencio de la posibilidad de descubrir una verdad absoluta, de encontrar una razón profunda para existir.

Cuando esta Chispa despierta en nosotros, ilumina el desierto de nuestra vida y somos instigados a encontrar el oasis de la realidad superior, libre de espejismos. Nos convertimos en buscadores y podemos comenzar un viaje en busca del Espíritu.

Empezamos a recorrer un camino de autoconocimiento, un viaje interior, para encontrar los fragmentos de nuestra existencia y, a la luz de la Chispa del corazón, volver a montar el rompecabezas de nuestra confusa realidad.

Iniciamos y seguimos este camino tal como somos, con nuestros defectos y virtudes, aciertos y contradicciones, no buscando mejorar el ego, sino más bien entregarlo a la perfección de la Luz que existe en todos nosotros.

Descubrimos, poco a poco, que los fragmentos de nuestra caótica existencia, así como las experiencias de la vida, son la materia prima del proceso alquímico interno, de la búsqueda del oro del Espíritu. ¡De esta manera, la prisión del ego se convierte en una fuente de infinitas posibilidades de liberación!

No se trata de permanecer impasible en el mundo, sino de vivir en profundidad, entendiendo que todas las situaciones son oportunidades para el autoconocimiento.

Nuestro papel es descubrir y remover las barreras que nos separan del amor incondicional, del Todo al que pertenecemos; y, de esta manera, encontrar la realización en la luz de la Chispa, no porque tengamos que lograr algo, sino porque hemos perdido las ilusiones sobre nosotros mismos.

Cuando esto sucede, las piezas del rompecabezas de nuestra existencia encajan y podemos encontrar nuestra manera de salir de la prisión del corazón.

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Fecha: noviembre 30, 2020
Autor: Grupo de autores Logon

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