El violín es sobre todo un instrumento que puede conmover, inspirar. Los miembros de la familia del violín moderno son, de pequeños a grandes: el violín, la viola, el violonchelo y el violón. El violón, el instrumento más grande de la serie, con el sonido más bajo, es extremadamente raro. Casi siempre se usa el contrabajo, que no pertenece a la familia del violín, pero es una versión más grande de la viola da gamba y, por lo tanto, representa una etapa más antigua en su desarrollo. Los tipos de violín más antiguos son la viola d’amore y la viola.
Todas las partes del violín son de gran importancia para el sonido. Pero ahora nos referiremos en particular a aquello que tiene que ver sustancialmente con la difusión del sonido. Se le conoce de forma poética como «el alma del violín». Es un simple palo de madera que conecta la tabla armónica –tapa superior- con la tabla de fondo – tapa inferior-; aparentemente una parte pequeña e insignificante, pero con una influencia inesperadamente grande en la formación del sonido y, por lo tanto, en el carácter del violín. De ahí el nombre cariñoso de “alma del violín». Ese simple palo de madera transfiere las vibraciones desde la parte superior, es decir, el lado del violín donde se arquean las cuerdas, hacia la parte inferior. Tanto la parte superior como la inferior son de gran importancia para el sonido, así como las dimensiones precisas, las proporciones y la laca específica que utilizan los fabricantes de violines. Muchos fabricantes famosos mantuvieron en secreto la receta de su propia laca, para garantizar sus propias características de color y sonido. Aun así, sin el alma del violín, sin ese pequeño palo de madera, un violín no podría sonar tan celestial como suena un exquisito violín.
Imagen del alma del violín
Pero la inspiración de la música, la verdadera inspiración del violín, la vivacidad, la capacidad de tocar, proviene naturalmente del intérprete, del ser humano vivo que, a través de la técnica y la habilidad, puede transformar las notas en una interpretación sonora inspiradora. C’est le ton qui fait la musique (el tono hace la música). Así que lo que importa es el tono, la inspiración.
Se podría decir que el alma armónica es el núcleo, el centro, el corazón del violín, así como en el hombre el corazón es el centro del microcosmos; al igual que en el violín, también un poco a la izquierda.
Todo lo que nuestra alma desea expresar puede revelarse a través de la música. La música expresa lo que no se puede decir. Lo que experimenta una persona en su camino hacia lo sublime es difícil de decir, pero puede ser transmitido por la música en su forma más pura. Con esto vemos cuán grande es la función de la música en el desarrollo de la humanidad y cómo la música es la lengua universal del alma. Una de las funciones de la música es despertar el anhelo de una realidad superior. Puede construir un puente entre nuestra vida normal y una dimensión superior. Cuanto más pura y directa es la música, más profundamente puede tocar a una persona en su ser interior. La música puede encontrar su camino hasta los rincones más íntimos del alma. Por lo que respecta a la Armonía de las Esferas, una denominación antigua para expresar el sublime equilibrio de las leyes y las fuerzas cósmicas, Pitágoras dice que la luz, el sonido, el movimiento y el poder son absolutamente uno, que cada uno es al mismo tiempo infinitamente grande e infinitamente pequeño y que todos en su unidad son vida. Todo está interconectado en vibración.
La música puede ayudar a despertar el deseo de una realidad superior; por lo tanto, es una herramienta importante y una forma de expresión a menudo indispensable, un intermediario, pero no el objetivo final. Puede ayudar a asimilar lo que se habla y experimentarlo intensamente, como una especie de catalizador. Puede elevar, activar el anhelo.
La existencia del anhelo y a lo que se dirige el anhelo, indica el hecho de que hay otra realidad de vida, otro estado de ser, una dimensión superior.
Pero siempre, como en todo, parece haber un centro de ese anhelo. El violín es un ejemplo sorprendente de ello. Podemos analizar todas las partes, pero lo más importante, lo que vemos en el lugar esencial, el corazón, es el alma del violín. Cuando vibra, anima, el sonido se propaga y sucede algo que puede tocar, mover, inspirar a la gente.
Si pensamos entonces en cosas o formas simbólicas, mediante las cuales se puede descubrir el camino, el propósito del ser humano, entonces el corazón, el alma del ser humano, puede ser tocado por la luz de la Gnosis. Si luego tiene lugar un proceso, no permanece restringido a esa persona. Es un proceso con una gran capacidad de difusión, una maravilla mágica…