¡Mantenga su distancia!
¡Agárrese y manténgase firme!
¡No viaje sin necesidad!
¡Obedezca las reglas de la cuarentena!
¡Manténgase saludable y seguro!
Son eslóganes a los que nos hemos enfrentado una y otra vez durante este tiempo de crisis. Pero, ¿hay algo nuevo bajo el sol?
Nuestros antepasados también vivieron en un mundo que era visitado regularmente por muchas epidemias desastrosas y temibles; la lepra, la peste, la disentería, la viruela, por nombrar algunas. También soportaron cierres de comunidades, posadas públicas, mercados, etc.; y viajes restringidos, cada vez que tales epidemias estallaron. Cuando un leproso, por ejemplo, caminaba por las calles, no llevaba un teléfono móvil con una aplicación, sino que se identificaba por tener que llevar una capa especial y capucha. Luego se advirtió a otros que mantuvieran cierta distancia, lo que ciertamente no se limitaba a un metro y medio.
Como medida de seguridad, había normas como las impuestas a las tripulaciones de los buques que regresaban de un viaje lejano; no se les permitía desembarcar durante unos días para asegurarse de que no traían con ellos enfermedades no deseadas. En Venecia, Italia, se trataba de un plazo obligatorio de 40 días, quaranta; de ahí la palabra «cuarentena». Cuarenta fue también un número espiritual significativo asociado con la idea de reflexión, soledad; por ejemplo los cuarenta días de Jesús en el desierto; además de ser un número que significa la plenitud de la experiencia que marca el comienzo de una nueva vida espiritual.
Durante su turbulenta vida, el erudito holandés Justus Lipsius (1547-1606), escribió un libro titulado Sobre la fortaleza en el Desastre General [2], en el que explicaba cómo permanecer en armonía con uno mismo durante los momentos de crisis. Este libro ha permanecido impreso en Europa desde entonces, y vuelve a mostrar una vez más su relevancia. Lipsius a menudo se refiere al estoicismo de los antiguos filósofos, que predicaban la práctica de la neutralidad y la fortaleza en medio de las vicisitudes de la vida, como la enfermedad y el desastre.
Mantenga su distancia: para Lipsius, esto significaba mantener una distancia ‘interior’ con tus propios sentimientos primarios, darse cuenta objetivamente de lo que puede o no puede cambiar, y actuar de acuerdo con esa conciencia en paz, resignación y no reacción.
Firmeza: desde el punto de vista de Lipsius, la firmeza es una actitud espiritual correcta, esencial y necesaria para enfrentar positivamente todas las calamidades posibles creadas por circunstancias externas o accidentales, ya que protegerá al individuo de caer en el exceso de confianza o depresión.
La verdadera madre de la fortaleza es la resignación y la humildad; es soportar sin quejarse de lo que sucede o se apodera de una persona. Apoyado por el juicio adecuado, es el único terreno en el que el árbol sublime de la fortaleza está arraigado.
No viaje sin necesidad: Viajar es contraproducente.
Las enfermedades mentales no disminuyen al viajar, sino que se empeoran. Es el espíritu en nosotros el que está enfermo, y para eso uno tiene que encontrar una cura a través de la filosofía y la fortaleza. (…) ¿Quiere cambiar la tierra y el aire? Más bien, cambie su ser interior, que ha sometido a sus pasiones, que luego le han retirado la autoridad legal de la razón. Cambie mentalmente, no de localidad, y asegúrese de que es diferente y no de otro lugar.
Sí, Lipsius era un gran estilista. Su libro merece estar en muchas mesitas de noche de nuevo, aunque solo sea para salvar esa hermosa palabra, ‘tribulación’, del olvido.
Manténgase saludable: Lipsius no se refiere directamente a esta frase, sino que la utiliza en el sentido de un deseo oportuno, como un imperativo resultante. Pitágoras también abordó este concepto en una dimensión más profunda. Para los estudiantes de su escuela de misterios en Crotona, «mantenerse saludable» era el saludo que tenía lugar en cada reunión, cuyo significado interior era
“aprovechar cada momento del día para recordar que usted es de origen divino.”
Manténgase saludable, querido lector.
Referencias:
[1] Este artículo fue publicado en la revista LOGON Neerlandés, 2020, nº 3, 41.
[2] Justus Lipsius, Over standvastigheid bij algemene rampspoed (Sobre la fortaleza en el desastre general), Baarn, 1983.