¿Qué es la energía? La energía es una capacidad que se consigue mediante una fuerza cuyos efectos podemos medir, una fuerza que permite realizar un trabajo o poner en marcha una dinámica. Se la conoce en cuatro formas: fuerza de gravedad; fuerza nuclear débil; fuerza nuclear fuerte; y fuerza electromagnética.
Todo está interconectado y todo forma parte de este universo cuántico.
En este artículo nos gustaría desarrollar, en primer lugar, los experimentos científicos más relevantes sobre el ser humano y la noción de energía, los cuales están relacionados con algunas nociones de la Enseñanza Universal. Y, además, nos gustaría obtener algunas claves para elevar nuestra frecuencia vibratoria, cosa que podría o nos permitiría acercarnos o dar algunos pasos hacia el UNO, hacia lo divino, aunque sea un pequeño paso.
Nos gustaría empezar hablando de Louis de Broglie, que recibió en 1929, a la edad de 37 años, el Premio Nobel de Física por su «descubrimiento sobre la naturaleza ondulatoria del electrón”[1].
“Toda la materia, los átomos, las moléculas, las células, los tejidos, los órganos y cada persona, todo son ONDAS, y estas ondas tienen una vibración específica.”
Llamamos “biocampo” al campo formado por la suma de todas las ondas emitidas por nuestro cuerpo.
Los biocampos tienen cuatro propiedades:
1. son invisibles,
2. son portadores de información,
3. tienen dinámica polar (al igual que los imanes)
4. y son HOLÍSTICOS.
El biocampo nos da información acerca de la forma y la función del cuerpo,
de los pensamientos, emociones, energía vital, sentimientos, hábitos e instintos, memoria, percepción extrasensorial; incluso rasgos de la personalidad.
Paralelamente a este descubrimiento de los biocampos, se desarrolló, desde principios del siglo XX, la física o mecánica cuántica.
En 1911, Max Planck, Premio Nobel en 1918, desarrolla el siguiente concepto:
“Hay una especie de sustrato del universo»
Este sustrato se conoce como el CAMPO DE ENERGÍA PUNTO CERO o Matríz Divina. [2]
Según la mecánica cuántica, el vacío no existe. Hay un flujo de partículas subatómicas que aparecen y desaparecen constantemente y es este movimiento el que explica la intensa energía contenida en el Campo de Energía Punto Cero. Estas fluctuaciones y energía se detectan a la temperatura del cero absoluto (cero Kelvin, -273 grados centígrados).
El físico Heisenberg, por otra parte, dijo que la característica del universo cuántico es la comunicación instantánea de todos sus componentes. La información vibratoria no local se encuentra en este campo de energía punto cero.
Es decir, que este sustrato del universo, conocido como el campo de energía punto cero, como sustrato de naturaleza cuántica, es una puerta abierta a la cuarta dimensión.
Los biocampos forman parte del campo de energía del punto cero.
Albert Szent-Györgyi, (1893-1996), húngaro y premio Nobel en 1937, nos mostró que el cuerpo humano tiene una Matriz eléctrica.
Es decir, gracias a la matriz acuosa que rodea a la materia orgánica, hay un movimiento de electrones y protones en los tejidos, que genera un proceso vibratorio de información[3].
Los seres vivos están controlados por estos campos, estas matrices; así, cuando nace una rosa, su matriz energética contiene la información de su estructura, es portadora de esa información, la cual desempeñará el papel de molde.
Para entender la noción de campo o biocampo, pensemos en “la nube” de información digital, que tan cerca tenemos de nosotros.
Toda la información está en el biocampo, y este biocampo se encuentra como dijimos, en el campo energético del PUNTO CERO, que es el «lugar» donde está toda la información, es decir, el campo cuántico de todo el Universo, la Matriz Divina.
En sánscrito se le conoce como AKASHA.
El campo de energía del punto cero equivale a lo que los físicos llaman el vacío cuántico. Pero este vacío no es absoluto, sino que está lleno de energía; la información está ahí; es no local, fuera del espacio/tiempo.
Estamos atravesados por muchos cables, formados por fibras de colágeno, que son ensamblajes de proteínas; las proteínas con el agua forman un semiconductor: es el «Cuerpo Eléctrico» que forma la matriz eléctrica.[4].
Resumiendo, hablamos del Universo Cuántico, del Punto Cero, del biocampo, de la Matriz Eléctrica, de la Matriz Acuosa y finalmente de las estructuras orgánicas necesarias para transportar esta información.
La información pasa del dominio cuántico al dominio eléctrico, es decir, del campo magnético al campo eléctrico.
Esto se puede explicar por la ley de Faraday: “la producción de electricidad es inducida por el campo magnético que puede ser amplificado por transformadores”.
Nuestro cuerpo está diseñado para captar campos magnéticos y transformarlos en campos eléctricos. Porque la disposición de las células de los tejidos en el cuerpo humano y en otros organismos vivos permite captar los campos magnéticos. Por ejemplo, el ADN, el colágeno, la actina-miosina, los fosfolípidos de las membranas, los cloroplastos de las hojas, la mielina de las células de Schwann, los conos y los bastones de la retina, los microtubos de los cilios.
Dennis Gabor (Budapest 1900-Londres 1979), ingeniero y Premio Nobel de Física en 1971 por sus descubrimientos sobre la holografía. Gracias a ellos se ha podido demostrar la “holística”, es decir, la propiedad por la cual la información se expresa en Todo.
Un holograma es una imagen que contiene información tridimensional. Un holograma es, por tanto, el resultado de una imagen de interferencia entre las ondas procedentes de un objeto fotografiado y las procedentes del rayo láser que se utilizó para iluminar el objeto.
Cada punto de una imagen contiene toda la información relativa a esta imagen en forma de una estructura, un molde, una matriz que es un patrón de interferencia.
Esta estructura llega al cerebro a través de nuestros sentidos, los ojos, el oído, etc., y luego es descodificada por estructuras que aún no se conocen y el sistema óptico del cerebro recompone la imagen.[5].
Según Edgar D. Mitchell (1991)
“Podemos considerar el Holograma Cuántico, como una información No-Local almacenada en el Campo de Energía de Punto Cero, creado por cada átomo, cada célula o molécula de un organismo vivo.
Cada experiencia objetiva o subjetiva se deposita en nuestro holograma personal, con el que resonamos perfectamente,
Cada uno de nosotros tiene frecuencias que tienen una resonancia única, que actúan como huellas digitales para identificar nuestra información No-Local.”
No sólo tenemos nuestro propio holograma cuántico, sino que además la información holográfica puede recuperarse a través del mecanismo de resonancia. Y es posible que otras personas accedan a ella a través de este mecanismo de resonancia, es decir, que vibran en la misma frecuencia.
En este caso, nos referimos a los campos mórficos de Rupert Sheldrake.
La resonancia mórfica es la influencia de los patrones registrados en el campo energético del punto cero sobre patrones de actividad similares en nuestro mundo. La resonancia actúa por similitud.
Los campos mórficos tienen una memoria incorporada. Hay una memoria colectiva en cada cosa, planta, animal y todo en general. Hay una memoria de forma, función y comportamiento. La memoria colectiva humana es lo que Carl Jung (1875-1961) denomina “Inconsciente colectivo”.
Concluimos, por tanto, que el biocampo es holístico y fractal; cada parte contiene el todo, incluso la personalidad.
Seguimos desarrollando este tema en el siguiente artículo.
(Sigue en la parte 2)
[1] Tesis confirmada por dos experimentadores estadounidenses, . Davisson y Germer, que observaron la primera difracción de un electrón a través de un cristal
[2] Calphysics Institute: Energía del punto cero y campo del punto cero.
[3] Poveda F, Marti E, Gil D, CarrerasF, Manel Ballester: Evidencia de la estructura helicoidal global del corazón mediante el estudio de tractografíamulticonducción de la RMD (Jam Coll CadiologyImaging 2012, 5:754-64)
[4] Los campos cuánticos y el cuerpo eléctrico. James L. Oschmann, Medicina de la energía (2 edición, Elsevier 2016, página 30)
[5] Talbot J El universo holográfico1991. Cowen R Las simulaciones respaldan la teoría de que el universo es un holograma, (Nature 10, deem.2013).