Ustedes son verdaderos amigos, ¿no es así? ¡Sí, somos almas gemelas! ¿Qué quieres decir con eso? Hay diferentes tipos de amistad. Aquella que comparte experiencias, recuerdos e intereses; aquella en la que se produce un reconocimiento mutuo de sentimientos e ideas, o cuando el uno con el otro produce esa sensación de estar en casa y que siempre se puede llamar al otro, a la otra, es decir: se está para la otra persona y para sostenerla.
Una amistad puede crecer, pero también puede decepcionar. Si el “toma y daca” ya no está en equilibrio, puede incluso conducir a una ruptura.
Durante la niñez, a menudo, se comienza compartiendo secretos, haciendo un voto solemne, guardando un escondite que se comparte y que nadie más puede saber, y también discutiendo y reconciliándose. En resumen, se está intensamente enfocados el uno, la una, en el otro.
Cuando se mira hacia atrás desde la edad adulta, suele haber nostalgia; bueno, era hermoso, pero la vida se ha desarrollado de manera muy diferente a lo que pensabas entonces. En algún momento, comenzaste a plantear tus propias preguntas, a emprender tu propia búsqueda, y si la otra persona no te acompañaba, te distanciabas. Eso puede ser un proceso doloroso. Eventualmente, no hay más intereses en común, se diluye y estableces nuevas amistades basadas en nuevos intereses y experiencias. Sí, así es la vida, dices.
Una amistad con un alma gemela, ¿qué es eso? Supongamos que nos ocupan intensamente las preguntas de: ¿por qué esta vida; por qué mi vida, cuál es su propósito? Y en esta búsqueda te encuentras con alguien más, u otras personas que también están trabajando en esto, y se produce un reconocimiento. Te das cuenta de que no se trata del yo, de tu yo, sino de la esencia del alma eterna en tu corazón. ¡Qué alegría cuando descubres que alguien más, o varias personas más, también lo ven así!. No estás solo, estás rodeado de almas gemelas. Hay una vibración sutil compartida del corazón, un anhelo común del alma, un propósito superior compartido.
A medida que esta idea empieza a tomar forma, si nos encontramos cada vez más en ella, entonces la expreiencia va mucho más allá de disfrutar de la misma música, o de la naturaleza, o de la literatura, o de lo que sea. Es algo mucho más sutil. Se trata de un conocimiento interno que se corresponde con la lucha por la meta superior del alma, que se comparte y también con saber que es posible aproximarse a ese objetivo.
Entonces se convierten en almas gemelas porque la unión se realiza sobre la base de ese principio del alma en crecimiento. Sobre la base de saber que se está en el camino, cometiendo errores, todavía lejos de superar el yo; en el intento de no permitir que los poderes del yo (de ambos) se impongan, volviendo una y otra vez al silencio en tu corazón, a escuchar la voz silenciosa del alma, en ti y en el otro. En ese nivel vibratorio sutil, eres uno, no puede ser de otra manera. Las diferencias desaparecen. Sois almas gemelas.