“Paneles”
El espectador se siente atraído y cautivado de manera muy diferente por los paneles de pintura de gran formato que cuelgan en la habitación. Estos resultan mucho más familiares percepción tradicional dentro de lo que se considera “las bellas artes”. Algo grande todo el mundo lo nota, y se puede mirar de pasada.
Petra Erxleben (P.E.): Cuelgan tan libremente en la sala que uno puede acercarse lo suficiente como para tocarlos. Muestran con gran detalle incluso estructuras y narrativas más pequeñas en la imagen.
Bárbara Meisner (B.M.): En términos de detalle, son similares a espacios pictóricos que, en comparación, son bastante oscuros, por lo que te asomas a algo misterioso y secreto. Las espacios pictóricos son más íntimos. Los espectadores se acercan a ellos con bastante timidez y cautela. Los recorridos establecidos para ver las obras invitan a contemplarlas. Apenas se puede apartar la mirada de las obras. Son como árboles. Simplemente dicen: “Aquí estoy”.
Las cajas son más como susurros. Como los champiñones.
P.E.: También utilizas colores naturales para tus obras.
- M.: Yo uso extractos de plantas colorantes. Antiguamente, cuando no existían los colorantes químicos, todos los colores se extraían de plantas o minerales, a veces también de animales, el rojo de la cochinilla, por ejemplo. Mi interés por los colores naturales se profundizó cuando una vez me senté frente a un grupo de hongos y sumergí mi pincel en la decocción de hongos rojizos. Esta experiencia me llevó a leer libros sobre extracción de tintes naturales y a hacer un curso de planta tintórea en el Zeche Zollverein de Essen. Más tarde compré plantas de tintorero, que solo están disponibles en en Gelsenkirchen, un vivero especial: la rubia y el guisante del tintorero.
A menudo uso caldo de piel de cebolla, que se vuelve de un bonito color amarillo, a veces mezclado con caldo de nuez, para obtener un tono más marrón o té negro y café. Siempre coloreo mis papeles antes de dibujar en ellos, para que haya una “ocasión”, un primer contacto que me lleve a la creatividad. Luego, durante el dibujo o la pintura, me siento conectada con algo superior que fluye a través de mí. Con mis acciones quiero servir a la creación.
Aquí en Birnbach, en el parque de los Rosacruces, sentí que estos árboles son fuertes, han estado aquí durante mucho tiempo y son verdaderos guardianes. Me involucré en ello. Los campos de fuerza de los árboles se convirtieron en mi tema.
“La niña crece en conexión”
P.E.: Echemos un vistazo a este panel pintado por ti, mi favorito actual, llamo a la pintura «Alicia en el país de las maravillas».
La mirada de la niña al girasol muestra maravillosamente el proceso de ver, lo que me recuerda el dicho de Goethe: “Si el ojo no fuera del sol, ¿cómo podríamos contemplar la luz? Si el poder de Dios no estuviera en nosostros, ¿cómo podríamos ser encantados por lo divino?”. Me recuerda el ojo de Shiva o el dicho de Meister Eckhart: “El ojo en el que veo a Dios es el mismo ojo en el que Dios me ve; mi ojo y el ojo de Dios son un solo ojo y un solo ver y un solo reconocer y un solo amar.” También me conmueve el suave gesto de la mano de la niña. Me parece fascinante que se pare como en montañas de cristal.
- M.: La pintura se titula: «Niña crece en conexión».
Imagen 5
La figura está enraizada en la tierra y las raíces se han convertido en montañas o volcanes. También se podría dar la vuelta a la pintura, entonces son embudos que desembocan en los pies. Fibras finas crecen hacia arriba desde la cabeza de la niña. Desde el chakra de la corona hay una conexión con el cielo y la espalda.
P.E.: Nos arraigamos en lo divino y nos cimentamos en la tierra. Según Rudolf Steiner, los árboles son como seres humanos invertidos, ya que el pensamiento está “enraizado” en los mundos mentales y las ramas, como nuestras extremidades, están activas hacia el exterior.
En el vientre de la Madre Tierra
- M. Al principio predominaban las partes verdes y tuve que añadir azul para crear un equilibrio, así como este amarillo soleado. Abajo en la madriguera, bajo tierra, puse un animal, el zorro. En cada uno de mis cuadros encuentras un animal. Un pequeño pájaro representa el aire.
Siempre me ha interesado el abajo-arriba, quizás también porque soy hija de minero. De manera bastante clásica, mi padre «vivió bajo tierra», lugar que, en el pasado, no se permitía ir a las mujeres. Decían que las mujeres en la mina traían mala suerte. Cuando finalmente me lo permitieron, estuve bajo tierra cuatro veces, la más reciente en 2018 en la mina Prosper Haniel Colliery en Bottrop. Era un mundo realmente duro allá abajo, bajamos cientos de metros en la montaña, luego hacia las galerías, hacia las vetas, parcialmente dobladas, con esta ropa pesada y la lámpara de minero más el resto del equipo en el cinturón. Ya estaba agotada sin trabajar. ¡Inimaginable!
Pero yo estaba “en el vientre de la Madre Tierra”. Tenía muchas ganas de vivir esta experiencia.
Hay que tener en cuenta que los árboles y helechos que prácticamente se derrumbaron y se hundieron en suelos pantanosos se convirtieron en turba y, a lo largo de varios millones de años (la edad de incarbonatación de la Tierra se llama Carbonífera), se convirtieron en lignito y carbón bituminoso, y finalmente en grafito. Y cuando se comprime el grafito, se forman diamantes. Esto me atrajo tanto que hice una pieza llamada “Puerta al inconsciente ¡a través del pensamiento del diamante!”
Entonces se podría decir que el carbón es luz celestial caída en la tierra y también que representa algo increíblemente cristalino, precioso y luminoso. Estos ciclos me fascinan. Cuando los recursos de la tierra se ponen al servicio de los humanos, por ejemplo, para calentar o para fundir acero, cuando entonces algo de ellos sube de nuevo como humo y vuelve a bajar en la lluvia y riega nuestras plantas que se convierten en nuestro alimento. ¡Todos son milagros de transformación, tesoros!
Redes de Energía = Amor
P.E.: Vamos a la siguiente imagen. Tenemos este efecto cristalino alrededor de la cueva con los dos niños, el perro y las setas. Ahí estamos en la tierra y has vuelto a pintar esta delicada translucidez. Una vez vi una raíz de patata bajo el microscopio óptico. Podía ver las células dividiéndose de la manera más vívida. Si crees que no pasa nada debajo de la tierra¡ estás equivocado!, es todo lo contrario.
La Tierra es algo extremadamente vibrante, luz en todos los colores del arcoíris. Haces que esto cobre vida en tus imágenes. Combinan muy bien con las fotos de Robert, que incluso juega con los fluorescentes en colores similares.
- M.: Esta pintura se llama “Redes de energía (Amor)”, el micelio de hongo encima es un símbolo que lo impregna todo. Bajo tierra, el micelio del hongo impregna la tierra. Reconozco en ella algo así como una red nerviosa de la Madre Tierra que nos conecta a todos. ¿A través de qué? A través del amor.
Imagen 6
Lo que viene a través de mí es también una cuestión de confianza. Cuando te conectas con lo divino y la creación de esta manera, tu percepción se dirige hacia esta amorosa interconexión y enlace. Entonces también conoces personas y circunstancias que promueven esto. Ahí es donde fluye la energía.
P.E.: Sí, es así. Es resonancia. También nos encontramos resonando unos con otros en la conversación y te agradezco mucho por eso.
