¿Qué voces hablan en nuestro interior?

¿Qué voces hablan en nuestro interior?

Nuestro mundo interior está lleno de innumerables pensamientos, deseos, predisposiciones y reacciones. ¿Podemos transformar la gran memoria de nuestra existencia?

Podemos afirmar que ningún ser humano es igual a otro. Cada consciencia se manifiesta en condiciones muy particulares, como la combinación genética, el firmamento zodiacal en el momento del nacimiento, el entorno familiar, social y cultural, y el momento histórico en que se vive, entre otras muchas variables.

Consideremos también la forma única que tenemos cada cual de percibir todo lo que nos rodea: nuestra propia manera de pensar, desear, sentir, actuar y reaccionar ante todo lo que la vida nos presenta.

Cada cual vive en su propio universo y construye una experiencia vital singular, reforzando o transformando, a cada momento, las estructuras de su burbuja de realidad.

La noción de que cada ser humano habita un “minutus mundus” (latín) o “microcosmos” (griego), es decir, un mundo pequeño, no es nueva.

Encontramos referencias a ello en las obras de autores esotéricos de finales del siglo XIX y principios del XX, ideas que fueron rescatadas de fuentes que se remontan a cientos o miles de años. Se trata de un conocimiento tan antiguo como la propia humanidad, a menudo llamado Sabiduría Universal o Filosofía Perenne, debido a su naturaleza atemporal.

¿Y qué tiene que decirnos hoy este antiguo saber? ¿Es posible conocer mejor nuestra propia naturaleza a través de estas ideas? Desde luego que sí. Conocerse a sí mismo permite comprender la situación en la que se encuentra la humanidad; y este es el primer paso hacia el cambio.

Lo que entendemos por «nosotros mismos» es, en gran medida, el resultado de la interacción de fuerzas o «voces». Depende de cada uno de nosotros comprender las diferentes influencias que se manifiestan en nuestro intrincado universo individual y determinan nuestro actual estado de consciencia.
Podemos decir que nuestras capacidades para percibir, reflexionar, sentir y actuar ante las experiencias cotidianas constituyen la voz de nuestro propio ser consciente, con todos los residuos creados por nuestras facultades.

La voz de nuestra autoafirmación o identificación, que se expresa en el subconsciente, está formada por el refuerzo residual de nuestra propia identidad, percepciones preconcebidas, ideas, preferencias y convicciones acumuladas.

La voz de nuestro pasado kármico, el inconsciente, procede de la experiencia adquirida a través de innumerables ciclos de nacimiento, muerte y renacimiento.

La voz del macrocosmos corresponde a la configuración zodiacal en el momento del nacimiento y a las influencias cósmicas vertidas sobre la humanidad, como en la actual transición de la Era de Piscis a Acuario.

Por último, la voz de lo divino en nuestro interior es el anhelo de algo que no podemos explicar pero que, sin embargo, anhelamos profundamente; es nuestra intuición de que una existencia superior debe ser posible, un impulso que procede del ser espiritual interior.

Discernir las voces que resuenan en nuestra consciencia nos permite obtener cierta libertad de acción. Sin esto, no vivimos conscientemente, solo reaccionamos a impulsos y tensiones que se manifiestan incesantemente en nuestro interior.

Cuando la consciencia es capaz de percibir el caos de este estado interior y se cansa de él, es posible aquietarse y silenciar este zumbido interminable. Solo entonces puede oírse la voz que siempre ha estado serenamente presente.

La consciencia capaz de vivir de este único y poderoso impulso, puede promover la transformación completa de su mundo interior, sustituyendo los impulsos del pasado y de la naturaleza común por la fuerza de la eternidad. Alcanza así la vida en la super-consciencia, cumpliendo así la vocación de su verdadero ser.

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Fecha: junio 13, 2024
Autor: Group of LOGON authors (Brazil)
Foto: By sorinsoner from pixabay

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