Es mediodía y aquí estás, absorto de lleno en tu actividad, en tu vida, haciendo las cosas como lo haces habitualmente. Pero algo, alguien, te llamó, te alertó, cambió tu forma de pensar por un momento. Mira a tu alrededor, ¿no es todo igual, tan real como siempre? ¿Por qué necesitarías despertar? Tal vez te rías del pensamiento, lo descartes, o tal vez escuches.
Hoy en día todos estamos tan ocupados, tan metidos en nuestras vidas, en nuestras actividades…. Apenas hay un momento para pensar, reflexionar, para considerar algo distinto de lo que nos ocupa. Así que, pensar que las cosas sean diferentes a lo que parecen debe considerarse algo extraño, definitivamente raro y ciertamente ajeno a nuestra propia mentalidad. No hay razón para que así sea.
Entonces, ¿de dónde viene ese pensamiento fugaz? ¿Quién o qué podría sugerir que la vida, tal y como la experimentamos, podría no ser real? Es una sugerencia de que podría haber otra realidad, otra forma de percibir las cosas. Una realidad quizás no de este mundo. ¿Dónde? ¿Cuando? ¿Cómo? ¿Por qué no aquí y ahora, justo donde estás, donde vives, donde estás?
¡Despierta! ¡Ahora! Mira alrededor. Atrévete a considerar que quizás esto no sea todo lo que hay en la vida, en lo que llamas realidad. Mantén este pensamiento a lo largo del día y mira dónde te lleva.
«Despierta, despierta, ¡no es real!»
