Dios no solo es justo
amoroso
y sabio.
Es Justicia,
Amor,
Sabiduría.
No es un adjetivo
para nuestro egocentrismo,
o para nuestros sublimes,
concretos,
o abstractos
deseos.
Es el Sustantivo en sí mismo
en todo,
para todo
y para el Todo.
No es una sola,
ni triple,
ni quíntuple,
ni séptuple
persona.
No es solo un número
un gesto o una idea,
una esencia o una sustancia,
un pensamiento o un sentimiento.
Es el orden que crea, escala y armoniza
la relación entre magnitudes y jerarquías.
Es la chispa
entre sentimiento y pensamiento,
el impulso
entre captar y actuar.
No es ni yo ni tú.
No es ni él ni ella.
No somos ni nosotros
ni ellos.
No es solo dentro
ni solo fuera,
No está únicamente en lo grande
ni en lo pequeño.
No está arriba
ni abajo.
No es solo una parte
ni una subparte.
Es Todo en el Todo.
Dios ES.
Dios está en todas partes.
Porque solo Dios
puede ser potencia y potencialidad,
el Verbo mismo,
el acto y el hecho,
el impulso y el hecho.
Por tanto, lo que importa
no es solo la Teología
sino la acción espiritual.
Por lo tanto, piensa;
solo tú
puedes ser
tú mismo,
la manifestación divina
y la acción divina,
aquí y ahora.
Entonces…
¡Hazlo!
