A lo largo de su vida, la filósofa y mística francesa ha buscado una respuesta espiritual a su desesperación por el estado del mundo.
Tras sus estudios de filosofía, y durante su subsiguiente carrera de profesora, se dedicó a actividades políticas y sindicales. Su objetivo era mejorar el mundo laboral, en el que los seres humanos no solo trabajasen mecánicamente, sino que también se promoviese al ser humano a través del arte y de la formación. Con tal fin, impartió gratuitamente cursos y debates nocturnos a los trabajadores de las fábricas, intentando así conciliar el trabajo mental con el trabajo físico.
Durante este período, se tomó un año de vacaciones no remuneradas para conocer mejor las condiciones del trabajo industrial. Sin embargo, sus esfuerzos superaron sus fuerzas, física y mental y, por lo tanto, dejó de hacerlo.
Amenazada por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, incluso en su condición humana, buscaba cada vez más su propio hogar espiritual. Se dedicó a estudiar el sánscrito, las enseñanzas de Pitágoras, de Platón, de los maniqueos y, sobre todo, la corriente espiritual de los cátaros. La visión del mundo cátaro encaja con la suya. Eran, en su opinión, herederos del pensamiento platónico, de la doctrina esotérica y de los misterios originales. La Iglesia de los Cátaros era la Iglesia de los Puros, que rechazaba todo lo relacionado con la violencia. Simone, también se sintió atraída por el ascetismo de los cátaros, ya que ella misma rechazaba la vida materialista.
En la Edad Media, los cátaros vivían en el actual sur de Francia, el Languedoc, y en su época se les llamaba “bons homes”, buenas personas. Los que se convirtieron en miembros de esta comunidad renunciaron a su propiedad privada. Servían a sus hermanos a través del trabajo y de la enfermería, vivían una vida espiritual aislada y también atendían espiritualmente a aquellos que tenían un vínculo con la comunidad. El Evangelio de San Juan estaba en el centro de su orientación espiritual.
Simone Weil, en sus estudios filosóficos de 1939 sobre la cultura del Languedoc, que ella llamó “Genius Occitans”, “La Génie d’OC” (“El ingenio, la brillantez, la grandeza de OC)
“Sólo una vez, en los últimos siglos después de Cristo, ha habido una civilización mediterránea que, si se le hubiera dado una oportunidad, quizá habría logrado tal grado de libertad y creatividad espiritual como en la antigua Grecia: el Languedoc de los cátaros.”
El Movimiento por la Liberación, de los Cátaros, fue derrotado en el siglo XIII por una coalición del Papa con el rey de Francia, por medio de su persecución y exterminio. La autora condena esta práctica, con duras palabras.
«Arraigo» – una necesidad del alma humana
Con gran tristeza, Simone Weil, como judía perseguida, debe abandonar Francia en mayo de 1942, debido a los sucesos de la guerra. Primero se va a América con sus padres, pero en noviembre de 1942 regresa a Europa y se instala en Londres. Desde allí, intenta estar activa en la Resistencia, pero no lo consigue como ella quiere. Publica la obra «Echar raíces” en la que se establecen las directrices para un comportamiento social, político y público. Se hace hincapié en la necesidad de tener en cuenta el alma humana. En su escrito explica estas necesidades psicológicas a través de valores como el orden, la libertad, la obediencia, la responsabilidad, la igualdad, la seguridad y la verdad.
Sus reflexiones son muy particulares, muy inusuales y están muy adelantadas en el tiempo. Algunas de ellas contienen significativas referencias psicológicas y muestran mucha exactitud. Debido a sus perspicaces análisis y puntos de vista inconformistas, muchos, consideran a Simone una pionera del pensamiento sociopolítico moderno.
Acerca de la «responsabilidad» y la «libertad»
La resolución, la responsabilidad, el sentimiento de ser útil, de ser indispensable, son necesidades vitales del alma humana. En este sentido, se está llevando a cabo un robo total, por ejemplo, en el caso del desempleo, incluso cuando se conceden las ayudas necesarias a los desempleados. Cada persona debe tener un sentido del valor y de la utilidad de su ser, también siendo consciente de su contribución a la comunidad con su trabajo.
Según Simone Weil, el término «libertad» incluye la posibilidad de elección, una posibilidad dentro de la realidad dada. Esta elección está limitada por el bien común, cuando la gente vive en comunidades. En el día a día, la libertad es siempre limitada. En su consciencia, puede ser completamente ilimitada.
El trabajo se basa en la teoría platónica de ideas, con la que Platón trató de abordar plausiblemente la inmortalidad del alma. Llegó a la conclusión de que el hombre tiene la capacidad innata de recordar su origen divino. Platón también sostuvo que corresponde al Estado garantizar a los ciudadanos la participación en programas de enseñanza filosófica para que el ser humano reconozca su verdadero destino y, por lo tanto, se centre en cuestiones vitales esenciales.
En opinión de Simone Weil, tras el desarraigo de la guerra, las personas deberían reconectarse con valores como la patria, el idioma, la cultura, la profesión y el lugar de residencia. En opinión de la pensadora, la falta de estos vínculos provoca la enfermedad del «desarraigo o de la indigencia».
Sobre el tema de la «indigencia», en la segunda parte de su libro «Echar raíces», escribe: “al contrario que el malestar, el arraigo del ser humano puede ser la necesidad más importante y, a menudo, ignorada del alma humana. Porque el ser humano tiene una raíz por su participación real, activa y natural en una comunidad que mantiene vivos ciertos tesoros del pasado y ciertas corazonadas del futuro. Esta participación se caracteriza por el lugar, el nacimiento, el trabajo y el entorno familiar, y todos los seres humanos necesitan muchas de esas raíces”.
El ejemplo de los cátaros
En su búsqueda, inspiran, porque la vida y el trabajo de los cátaros se convierten en un modelo social y espiritual. Porque la elección de vivir según los principios de la no violencia y la frugalidad, en el sentido de un orden superior, es obediencia a las eternas leyes ocultas en el corazón. La libertad en el sentido espiritual, tal como la vieron y vivieron los cátaros, reside en el espíritu y nace de la fuerza divina. Es un estado que puede descubrirse cuando la mente espiritual se convierte en el maestro de la materia.
El concepto de libertad ha sido sustituido por el de obediencia. Para ellos, este tipo de libertad es finalmente equilibrada y es la única autoridad verdadera que se concede al que la vive.
Por último, reconoció que ni las actividades políticas ni revolucionarias son la respuesta que buscaba. Simone Weil murió en Londres el 24 de agosto de 1943, a la edad de 34 años, de insuficiencia cardíaca causada por el hambre y la tuberculosis. Deja una obra variada y extraordinaria. La mayoría de sus escritos no aparecieron hasta después de su muerte. Contienen ideas y textos sobre filosofía y filosofía cultural, teología y misticismo, pero también tratados sobre reformas sociales y cuestiones de política social.
Citas de Simone Weil:
“No es el hombre quien ama a su prójimo sino Dios, quien, en él, ama al prójimo.”
“Incluso el amor por la belleza del mundo es sólo una imitación del amor divino que creó el universo.”
Bibliografía:
Simone Weil: Die Einwurzelung. Ein Vermächtnis. Einführung in die Pflichten dem menschlichen Wesen gegenüber (Raíces del existir. Preludio a una declaración de deberes hacia el ser humano), Múnich, 1956 (Libro editado en Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1954)
Angelica Krogmann, Simone Weil, Reinbek 1970
Ulrike Voigt, Mystikerinnen, Stuttgart 2017