En la novela «El músico ciego», el músico ucraniano Vladimir Korolenko muestra que una persona siempre puede encontrar la plenitud en la vida si no se queda anclada en sí misma y en sus penas, sino que reconoce el sentido espiritual de su existencia.
A lo largo de la historia de la humanidad encontramos muchos y diferentes escritos en distintos contextos culturales, que dan testimonio de una profunda conexión espiritual con un poder que es común a todas las criaturas. Una de estas fuentes, con la que mucha gente está familiarizada, es la Biblia. Para los fundadores de la Rosacruz Áurea, Jan van Rijckenborgh y Catharose de Petri, esto es fundamental.
Ellos se expresaron así:
En la Biblia no vemos un relato histórico, sino una representación actual del ser humano que recorre el camino de la elevación […]. El misterio de la iniciación cristiana es un acontecimiento extraño y peculiar. [1]
No es fácil entender la Biblia como una guía para la propia vida. Hasta el día de hoy, su lenguaje simbólico ha dado lugar a muchas y contradictorias interpretaciones, lo que puede explicar los numerosos movimientos cristianos que han surgido como consecuencia de ello, especialmente en nuestros tiempos modernos en los que, a menudo, encontramos un rechazo total hacia la Biblia. Hay muchas, e inteligentes, personas que hablan varios idiomas, que han estudiado diferentes culturas, y que pueden orientarse de forma consecuente; y, sin embargo, a partir de su formación intelectual, son incapaces de reconocer los misterios velados o los significados simbólicos propios de la Biblia. Por eso, no es de extrañar que las discusiones sobre su interpretación, a pesar de que este libro traía un mensaje de compasión y unidad, sigan creciendo.
En su libro «El músico ciego», Vladimir Korolenko (1853-1922) describe un fascinante ejemplo de comprensión del Nuevo Testamento como ayuda para el propio desarrollo. Korolenko (2) lleva al lector de la mano y le conduce, por así decirlo, a través de su vida, mostrándole cómo su ceguera puede convertirse en visión, y su ignorancia en comprensión. Trabajó en esta obra durante más de 30 años, cambiando, añadiendo y esperando poder ofrecer a sus lectores una exposición cada vez más clara de sus preocupaciones. Korolenko nos invita a participar en un experimento maravilloso. Ni la dictadura del Zar ni la de Lenin, ni un exilio de cuatro años en Siberia, incluido un año en las nieves eternas, ni las guerras, pudieron empañar la positiva actitud que había adquirido ante la vida. Al contrario, más tarde describió sus años más difíciles como los mejores y más alegres de su vida.
En El músico ciego describe al Cristo radiante, en uno mismo, como sigue:
Un hijo ciego, Peter Popelsky, nace en el seno de la familia de un rico terrateniente. Lo rodean una madre cariñosa, un padre atento, un compañero de juegos sensible y un criado comprensivo. Todos los deseos del niño se cumplen, excepto uno: poder ver. Jugar, montar a caballo, hacer excursiones… nada puede reconfortarle del todo. En su piano toca melodías cada vez más tristes. Abrumado por su propio ensimismamiento, el joven ciego se da cuenta de lo desesperado de su situación. Su tío Maxim, veterano de guerra, le lleva a ver a los mendigos ciegos que frecuentan las polvorientas carreteras rurales. Peter decide unirse a estos mendigos. Al cabo de mucho tiempo, regresa cambiado: alegre, ilimitadamente agradecido. Ha empezado una nueva vida. Se casa con su compañera de juegos. Su hijo puede VER.
Como pianista superdotado, ahora encanta a su público, que lo aprecia y adora.
¿Por qué el escritor Vladimir Korolenko fue tan popular en su época; y por qué sigue siendo vigente hoy en día? Principalmente porque sus héroes buscan activamente, sus pensamientos y sus almas están en constante movimiento. Los héroes de Korolenko no se detienen en su desarrollo, sino que siguen esforzándose a pesar de las dificultades y las pruebas de la vida. Esta búsqueda imparable es esencial para cada uno de nosotros. Sus personajes favoritos nos permiten reconocer la superación interior de las circunstancias difíciles y nos permiten descubrir algo elevado y verdadero dentro de nosotros mismos: el profundo sentido de nuestra existencia.
El músico ciego está impregnado de una tensa búsqueda del Espíritu. En el prólogo a la sexta edición, el autor escribió:
El motivo psicológico fundamental de la obra es la inclinación instintiva y orgánica hacia la luz. Esta es la fuente de la crisis mental de mi héroe y de su solución. [2]
La «luz» es el concepto clave de esta obra. Korolenko lo utiliza no solo en el sentido de la búsqueda de la luz natural por parte de un niño ciego –y más tarde de un joven–, sino también en la búsqueda de la comprensión de la luz espiritual, del mundo espiritual.
Korolenko se mete en el papel de científico, de investigador. Por eso, llamó a su obra “étude” (del francés: «estudio», «investigación»), por analogía con los “études” de los realistas y naturalistas franceses de la segunda mitad del siglo XIX (Emile Zola, Jules y Edmond Goncourt, Guy de Maupassant y otros). Al igual que los escritores franceses, Korolenko exploró el impacto de las circunstancias externas en el desarrollo espiritual del ser humano. Pero mientras que para estos autores se trataba sobre todo de penurias materiales, en la obra de Korolenko se trata de un trastorno físico, una ceguera, con la que el protagonista tiene que luchar.
El difícil camino de Peter Popelsky hacia el descubrimiento del mundo espiritual constituye el tema de la obra. La historia no trata solo de las experiencias físicas del protagonista, sino, sobre todo, de las pruebas espirituales de una persona que busca encontrarse a sí misma y el sentido de su existencia. Al fin y al cabo, la Biblia nos enseña que todos somos espiritualmente ciegos aunque vemos, y espiritualmente sordos aunque oímos. El mensaje de Korolenko fue que una persona podrá sentirse realizada si no permanece atrapada en sí misma, en su dolor o en sus experiencias personales, y si reconoce el significado espiritual de su existencia. Peter descubrió que su vocación musical, entre otras cosas, no solo tenía sentido para él, sino también para la gente que lo rodeaba. Su matrimonio con Evelina y el nacimiento de su hijo, que no nació ciego, fue la gran recompensa a su difícil búsqueda. La luz interior le acompañaba ahora e iluminaba su vida de una manera nueva.
La obra termina con el concierto para piano de Peter ante un numeroso público. El tío Maxim escucha a su sobrino tocar maravillosas melodías, puras y sinceras. Melodías que expresaban no solo la alegría de vivir, sino también el dolor y el sufrimiento que Peter había experimentado junto a otras personas. Y el tío Maxim se dio cuenta de que Peter había cambiado radicalmente; se había vuelto vidente espiritualmente:
Sí, tuvo una revelación …., en lugar de un egoísmo ciego e insaciable, lleva en su alma un sentido de utilidad; siente tanto el dolor como la alegría humana; ha tenido una revelación y podrá recordar a los infelices aquella vida de alegría…’. Y el viejo soldado agachó una y otra vez la cabeza. Aquí había hecho su trabajo, no había vivido en el mundo en vano; toda la fuerza de elevados tonos que resonaban en la sala y dominaban a la multitud, le decían precisamente eso… [3]
A su manera, Peter Popelsky siguió el camino del sufrimiento, el camino de Cristo, y llegó a una nueva consciencia, a una bondad de espíritu. Se había abierto para él una dimensión más amplia de la vida, una vida en beneficio de la humanidad. El arte y la creatividad pueden ser testigos de la luz y de fuentes poderosas. Tras haber encontrado la luz en su interior, Peter comenzó a difundirla entre otras personas físicamente videntes, pero espiritualmente ciegas. Así, Korolenko refuerza la idea de que habrá más luz y verdad en el mundo si la gente despierta su corazón y, a través de su modo de vivir, llama a los demás a la verdad y a la luz.
«Todo artista sabe que solo logra lo mejor de sí mismo cuando su espíritu está completamente entregado y absorto en la inspiración del momento. Entonces está capacitado para dar toda su energía y, lo que es más, así atrae hacia sí un poder superior, pues el poder así recibido permanece para siempre.» [4]
Hay indescriptibles tesoros almacenados en cada ser humano, que este puede liberar y con los que puede trabajar creativa y espiritualmente, porque ese es el verdadero potencial de nuestro ser.
Este milagro puede ocurrir en todos, la nueva persona puede despertar en el corazón. Ya no es la conexión ciega del espíritu, sino el ser consciente, y consciente en el espíritu, lo que le espera al ser humano. Será capaz de VER. Jakob Böhme lo expresa así:
El cielo está en todas partes, a través de todo el mundo y al margen del mundo, sin separación, lugar o ubicación, y actúa mediante la revelación divina solo en sí mismo; y en aquello que entra en él, o en aquello en lo que se revela, Dios se revela. Pues el cielo no es otra cosa que una revelación del UNO eterno, ya que todo obra y desea en el amor silencioso»[5].
Es hora de una nueva imagen del ser humano. Es la hora de un nuevo realismo [6].
Referencias
1] Jan van Rijckenborgh y Catharose de Petri: La gnosis universal, Haarlem (Holanda), 1994. Fundación Rosacruz, Zaragoza, 1997.
[2] Vladimir G. Korolenko: Episodios y cuentos, 1953. Obras escogidas, ed. Aguilar, 1966.
[3] Ibid [2].
[4] Prentice Mulford: Textos escogidos, 1986. En español: Los pensamientos son cosas. Aubiblio, 2023.
[5] Jakob Böhme: Glaube und Tat (Fe y acción). Berlín 1976 [6].
[6] Rutger Bregman: Humanidad: una historia esperanzadora, 2023.
