Actuar sin actuar

Actuar sin actuar

El Bhagavad Gita aboga por una acción espontánea, incluso intuitiva, en el presente: una acción que surge de sí misma y disuelve la separación entre objeto y sujeto.

¿Es esto posible,? ¿Y cómo?

El Mahatma Gandhi expresó así su veneración por el Bhagavad Gita:

En el Bhagavad Gita encuentro un consuelo […] A veces la decepción me mira fijamente a la cara; y cuando yo, abandonado, no veo ningún rayo de luz, echo mano del Bhagavad Gita. Entonces encuentro un verso aquí y allá e inmediatamente empiezo a sonreír en medio de todas las agobiantes tragedias –y mi vida ha estado llena de tragedias externas. Si todas ellas no han dejado en mí ninguna herida visible, indeleble, se lo debo a las enseñanzas del Bhagavad Gita[1].

Junto con la Biblia, el Bhagavad Gita, el gran libro sagrado de la India, es el libro más difundido y leído del mundo, según Bede Griffiths. El Bhagavad Gita forma parte de la gran epopeya india, el Mahabharata. El Gita expone un diálogo entre Krishna, la encarnación de Visnú, y el príncipe indio Arjuna, que se dispone a librar una guerra con sus parientes por el trono que les ha sido arrebatado.

A continuación, reflexiono sobre mi propia experiencia acerca de uno de los principios del Bhagavad Gita, el «actuar sin actuar», del que Krishna habla a Arjuna.

Como muchos buscadores de los años 60 y 70, e incluso hoy, caí bajo el hechizo de la Bhagavad Gita a una edad temprana. No fue solo un interés intelectual –en aquella época era quizá una moda entre hippies y flower children (chicos de las flores)–, sino una experiencia interior e intuitiva de que este libro era algo más que un sistema religioso y filosófico que puede darme pistas para mi vida en estos tiempos contradictorios y turbulentos. El principio de «actuar sin actuar» me fascinó. Desde entonces, me ha acompañado a lo largo de mi vida. Pero, ¿qué es en realidad eso de «actuar sin actuar»?

El Bhagavad Gita dice: 

Aquel que ve la inacción en la acción y la acción en la inacción es sabio entre los hombres; es un Yogui y el ejecutor de todas las acciones [2].

El Bhagavad Gita aporta algunos principios para resolver o explicar esta paradoja:

– desprenderse de los frutos de la acción,

– no tener expectativas (positivas o negativas) de las acciones,

– ser frugal y no dependiente,

– estar contento y ser ecuánime ante el éxito o el fracaso,

–ver todas las acciones como ofrendas a Krishna / Vishnu; entonces se transforman en conocimiento espiritual.

Sabe que los sabios que han realizado la verdad te instruirán en ese conocimiento mediante largas plegarias, súplicas y servicio. Sabiendo que no volverás, oh Arjuna, a ser engañado de esta manera; y por ello, verás a todos los seres en ti mismo y también en Mí [3].

Si nos observamos a nosotros mismos con este telón de fondo, nos damos cuenta de que todos nuestros pensamientos, deseos, sentimientos y acciones, suponen que queremos conseguir algo y esperamos algo. Así, todas nuestras acciones se dirigen especulativamente hacia el futuro. Por otro lado, el Bhagavad Gita llama a la acción espontánea, incluso intuitiva en el presente, una acción que surge de sí misma y disuelve la separación entre objeto y sujeto para lograr la unidad entre objeto y sujeto. ¿Es esto posible, y cómo?

Krishna señala claramente que nadie puede estar inactivo, ni siquiera por un momento, y aconseja a Arjuna:

Por lo tanto, sin apego, realiza siempre las acciones que deben hacerse; porque realizando acciones sin apego, se llega al Supremo [4].

Si podemos poner en práctica el consejo de Krishna en nuestras vidas, podemos liberarnos del pensamiento especulativo y de las expectativas de futuro, libres de los éxitos o fracasos de nuestras acciones. Esto disuelve toda especulación sobre el futuro, que se expresa en ansiedad, preocupación y miedo. Entonces, podemos cumplir espontánea y alegremente el deber que se nos impone y tener presente el bien de la humanidad.

Catharose de Petri, la Gran Maestra de la Rosacruz Áurea, lo expresa así:

Es absolutamente posible, durante tu rutina diaria, cualesquiera que sean las actividades que debas realizar, mantener perfectamente la fuerza nuclear y su principio en el fondo de tu ser y dejar que irradie a través de todo, en tu corazón, tu cabeza y tu alma [5].

Así pues, prácticamente vivimos dos vidas: una en conexión con el mundo ordinario y otra que no es de este mundo, que vive en y desde el poder de Krishna o el Cristo [6]. Esto nos distancia de los problemas, conflictos y adversidades de este mundo, porque:

Los que me aman me son queridos, y yo estoy en ellos, y ellos están en mí. Vienen a mí y tendrán paz eterna [7].

Entonces, podemos ver el mundo de los opuestos como espectadores/extraños y, al mismo tiempo, gracias al poder del alma y al conocimiento interior, podemos centrarnos sin dificultades en un mundo que no es de este mundo. Incluso en las mayores turbulencias de nuestra vida podemos permanecer tranquilos y serenos. Nuestras acciones se vuelven entonces espontáneas y no calculadoras, intuitivas y no guiadas por visiones positivas o negativas del futuro. Podemos vivir realmente en el presente. Esto es lo que Mahatma Gandhi quiere expresar en la cita inicial.

¿En qué punto me encuentro hoy? El concepto de «actuar sin actuar» me ha acompañado a lo largo de toda mi vida. Una de las primeras y fundamentales intuiciones fue y es: «¡Todo es relativo!». Nada es absoluto, así que no paso abruptamente de la alegría a la desesperación, sino que permanezco en una cierta calma, una serena tranquilidad.  Esto no significa indiferencia, sobre todo hacia el mundo y la humanidad, sino mantener la perspectiva general y, una y otra vez, preguntarme: ¿Son las palabras de Krishna una realidad en mí? ¿Estoy en Él y Él está en mí?

Krishna dice en el Bhagavad Gita: Todas las cosas están en Mí –ese es el fundamento de nuestra existencia–; y continúa: pero yo no estoy en ellas [8]. Este es el objetivo de nuestro camino espiritual: despertarle a Él en nosotros. Krishna continúa diciendo a Arjuna:

Quien Me ve en todas partes y lo ve todo en Mí, nunca se separa de Mí, ni Yo de él [9].

Cumple con tu deber obligatorio, pues la acción es superior a la inacción; e incluso el mantenimiento del cuerpo no te sería posible mediante la inacción [10].

Por un lado, la consciencia (parcialmente)  de vivir en nuestro mundo, el mundo de la rutina diaria y, por otro lado, experimentar un estado de ser que no es de este mundo y que, al mismo tiempo, es el fundamento del mundo, me da una serenidad gozosa para aceptar y procesar las exigencias de la vida ordinaria.

Siempre y cuando experimente conscientemente esta alegre serenidad, seré actor y, al mismo tiempo, observador del mundo sin ser absorbido por él. Experimento repetidamente que esta orientación me eleva fuera del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana (a veces solo por unos momentos), y una alegre serenidad me llena, la serenidad del alma. ¿Puede ser esto: “llegar a ser uno con Krishna”? Si somos honestos con nosotros mismos, encontraremos la respuesta en nuestro interior y dejaremos atrás las consideraciones intelectuales, las preguntas y las dudas.

 

Referencias

[1] Mohandas Karamchand Gândhi (Mahatma Gandhi): La Joven India, 1925. Pág. 1078. En español Ed. Aguilar, 1930,)

[2] Bhagavad Gita. Fundación Ved Vyas, 2024 (libro electrónico) Bhagavad Gita. (Capítulo IV, versículo 18).

[3] Idem: Capítulo IV, Versículos 34, 35.

[4] Idem: Capítulo III, Versículo 19

[5] Catharose de Petri: La palabra viva, Haarlem 1990, S. 300.

[6] Traducción de: Jan van Rijckenborgh, La Gran Revolución, 3ª edición. Haarlem, 1992, Capítulo VII: El Misterio de Krishna.

[7] Idem: Capítulo IX, versículos 29, 31.

[8] Idem: capítulo IX, versículo 4.

[9] Idem: capítulo VI, versículo 30.

[10] Idem: capítulo III, versículo 9.

 

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Fecha: marzo 15, 2025
Autor: Horst Matthäus (Nepal)
Foto: ai-generated-Bild von Pete Linforth auf Pixabay CCO

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